domingo, 1 de febrero de 2015

Récords olímpicos

Michael Johnson. Record olímpico en 200 metros lisos (Atlanta 96)
Michael Johnson. Record olímpico en 200 metros lisos (Atlanta 96)
Los juegos olímpicos modernos siempre han sido un ejemplo de convergencia entre naciones en torno a una competición deportiva. Desde su nacimiento en 1896, su fundador Pierre de Coubertin difundió este fenómeno conocido como espíritu olímpico en el que todo deportista, independientemente de su lugar de origen, podía competir contra los mejores del mundo en una determinada disciplina y en igualdad de condiciones.

El resultado, gran cantidad de deportistas salidos de todos los rincones del planeta se reúnen cada cuatro años en un determinado lugar con el fin de lograr una medalla olímpica que les otorgue la gloria deportiva izando la bandera de su patria a lo más alto. Este afán de superación no cesa con los años, y los competidores siguen logrando plusmarcas personales y batiendo récords olímpicos y mundiales.


Hazañas acuáticas 
Toda olimpiada de verano tiene al agua como elemento protagonista en sus primeros días. Los nadadores más veloces del planeta se desplazan como anfibios a lo largo de los 50 metros de piscina olímpica. Si nos referimos a hazañas acuáticas, Michael Phelps es sin duda el hombre estrella. Su récord de 22 medallas (18 de oro) lo catalogan como el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos. A día de hoy, el plusmarquista estadounidense conserva 5 récords olímpicos a nivel individual en diferentes categorías como los 100 metros mariposa o los 200 metros combinados, además de tres récords en pruebas por equipos. Phelps se retiró en Londres 2012 con el cartel de mejor nadador de toda la historia.

A nivel femenino, la evolución de las nadadoras ha sido loable en los últimos años, en la actualidad no hay ningún récord olímpico que perdure más allá de las olimpiadas de Pekín 2008. Tan solo en Londres, las féminas batieron 12 récords olímpicos para un total de 20 pruebas. La holandesa Ranomi Kromowidjojo, fue la gran triunfadora atravesando la piscina olímpica en 24,05 segundos en la prueba de estilo libre.

El hombre más rápido 
La prueba masculina de 100 metros lisos se ha convertido en el evento más ilustre de los juegos olímpicos, y es que ocho portentos naturales, no exentos de musculatura, acaparan todos los focos de atención. Los velocistas, que han ido mejorando notoriamente los tiempos a lo largo de la historia, compiten con el objetivo de convertirse en el hombre más rápido del planeta. En la actualidad, son muchos los atletas que realizan los 100 metros lisos por debajo de los 10 segundos, una barrera inalcanzable hasta bien entrados los 60.

En la primera edición de los juegos modernos, Atenas 1896, al americano Tom Burke le valió un tiempo de 12 segundos para afianzarse con la presea dorada. No fue hasta México 68, cuando Jim Hines –otro americano- voló sobre el pavimento azteca en 9,95 segundos, fue el primer hombre en superar la barrera de los 10 segundos. A partir de aquí, leyendas del atletismo como Carl Lewis (9,92 en Seúl 88) o Justin Gatlin (9,85 en Atenas 2004) han ido rebajando centésima a centésima el récord olímpico. La supremacía estadounidense en esta prueba ha sido absoluta a lo largo de la historia, sin embargo, en Pekín 2008 todo cambió…

Jamaica, una pequeña isla del mar Caribe, se convirtió en la cuna de los grandes velocistas del planeta. La carrera de Londres 2012 se recuerda como una de las más célebres de todos los tiempos y estudiada con bastante asiduidad en las facultades de Matemáticas de medio mundo. Dos jamaiquinos, Usain Bolt y Yohan Blake lideraban las apuestas para alzarse con el oro. El primero de ellos, que ha pulverizado todas las plusmarcas habidas hasta la fecha, estableció un nuevo récord olímpico en 9,63 segundos, permitiéndose el lujo de bajar los brazos y mirar a sus rivales en los últimos metros. ¿Qué tiempo habría realizado Bolt si no se hubiese dejado llevar en esos últimos metros de la pista londinense? Son muchas las hipótesis…

Los más longevos 
A pesar de la maximización del rendimiento que ha adquirido el cuerpo humano en lo que llevamos de siglo XXI que ha conllevado la mejora continua de casi todas las plusmarcas mundiales, todavía existen ciertas disciplinas donde los deportistas no logran desbancar las proezas de grandes mitos del deporte que lograron su récord mucho tiempo atrás.

El caso más relevante tuvo lugar en México 1968 en la categoría de salto de longitud. El estadounidense Bob Beamon avanzó 8,90 metros antes de tocar la arena del Estadio Olímpico Universitario del D. F. Este salto conocido como el «salto del año 2000», aún conserva su plusmarca olímpica 46 años después. Ni el mismísimo Carl Lewis, tetracampeón olímpico en la disciplina, logró batir el salto de Beamon.

El 29 de julio de 1996, aconteció otra hazaña olímpica para los anales de la historia. El atleta estadounidense Michael Johnson, que portaba unas zapatillas doradas de lo más llamativas en una gran apuesta de Nike, recorrió los 400 metros lisos del Centennial Olympic Stadium en 43 segundos y 49 centésimas. Este registro se mantiene todavía inalcanzable para los atletas del nuevo siglo.

La proeza de Johnson en Atlanta no termina ahí. Tres días después en la prueba de 200 metros lisos, compitiendo frente a velocistas de gran renombre como el tobaguense Ato Bolton y el namibio Frankie Fredericks, Johnson en una brillante carrera estableció un tiempo de 19,31 en lo que era una nueva plusmarca olímpica. Este registro se mantuvo intacto hasta la llegada del jamaicano Usain Bolt, que en Pekín 2008 mejoró el tiempo por tan solo 9 décimas.

Larisa Latynina
Esta gimnasta, ucraniana de nacimiento, fue la viva imagen utilizada por el comunismo soviético en los 50 y los 60. Huérfana de padre y madre desde los 11 años, entró en un austero programa de la URSS sobre el Estudio del Arte y la Práctica del Deporte como única salida a la pobreza en que vivía. Tras ser madre con 16 años tuvo la oportunidad de debutar en las olimpiadas de Melbourne 56 con 19 años, fue aquí donde brilló con nombre propio y alcanzó por vez primera el éxito. A día de hoy, es la mujer más laureada de la historia olímpica con dieciocho metales en gimnasia artística, nueve de oro, cinco de plata y cuatro de bronce, conseguidos en Melbourne 56, Roma 60 y Tokyo 64.

Latynina fue víctima de la propaganda de la URSS durante la guerra fría y en el Campeonato del Mundo de gimnasia celebrado en Moscú en 1958, las presiones soviéticas obligaron a Latynina a competir embarazada de cinco meses, los cinco metales dorados conseguidos en este campeonato son una anécdota. «Mi hija Tania merece cuando menos la mitad del crédito de aquellas victorias» ha llegado a bromear Larisa Latynina cuyo apodo la «reina madre» le viene como anillo al dedo.

Larisa Latynina, gimnasta soviética
Larisa Latynina

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